Mientras la armónica logra que entre en un trance increible, escucho la letra del diablo en la esquina y a su lado se encontraba la muerte con algún tipo de alcohol en la mano...
Me he despertado en días/noches neblinos@s con el frío que se mete por la sangre y recorre cada centímetro de mi piel, esos son los días/noches en que no ves ni la punta de tu nariz.
En esos días solía vivir yo, por lo menos en mi cabeza... cuando el diablo y la muerte estaban mirando desde ahí donde dobla el viento y se cruzan los atajos... cerca de la calle del otoño.
Quizas muchas veces hemos vivido noches de bufanda, quizas hemos visto tantas veces el amanecer que ya no le encontramos sentido alguno...
Cuantas veces se habrá escapado como laucha por tirante y esta noche que no cuesta nada, ni siquiera fatigarme podemos llevarnos un cordero con solo cruzar la calle... Así decía la muerte...
Y que miedo escucharlo decir eso cuando tu eres el que está al otro lado de la calle, o tal vez no de tanto miedo, cuando es una noche de bufanda...tal vez es mejor pararse frente a ellos y ofrecerles un cigarro...
Más miedo que ellos dos me daba el propio ser humano
Uy se, puede ser que seamos peores... que podamos lograr que el diablo y la muerte parezcan nada...
Salgo del trance exquisito con el solo increible de armónica...
5 de mayo de 2007
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